La tiranía de los
audímetros aniquila series y programas de televisión sin
ningún tipo de piedad. Bueno, siendo francos son los directivos los que lo hacen, pero las culpas siempre van para el
apratito.
Éste es un instrumento del que disponen determinadas personas en sus hogares. Todas ellas unidas forman un retrato de la sociedad de un país, en el caso que nos compete, el de esta piel de toro llamada España. Cada miembro de la familia tiene su botón, etcétera etcétera. No sigo porque no se trata de enseñar el
funcionamiento sino de comentar los estragos que causa.
El ejemplo más cercano en el tiempo es el cierre por cese de negocio de la serie
De repente los Gómez, que emitía
Telecinco,
después de los dos primeros capítulos; hay quien apunta que fueron demasiados, pero eso es harina de otro costal.
Como no vi ninguno de los dos, por suerte o por desgracia, no comentaré si era buena o mala. El caso es que no da tiempo ni siquiera a perfilar personajes, ajustar guiones, etcétera y lo que sigue.
Se me vienen a la memoria otros pasos efímeros por la caja tonta como Código fuego, que en un periodo de exitosas series sobre profesionales de todo tipo, intentó apuntarse al carro con una de bomberos. Antena 3 no tardó en quitarla. Fracaso estrepitoso.
Otros ejemplos:
18, (una de
jovencitos)
, Ellas y el sexo débil, (una de
Anita Obregón...),
HKM, (otra de
jovencitos...),
El inquilino, (una de
ETes...),
Ada, madrina, (una de
carmenes sevillas...), la lista es
larguísima, si hay
interés completarla vosotros.
Dicen que recordar es volver a vivir, y el caso es que a mi recordar estas series me ha hecho volver a vivir momentos de
vergüenza ajena. Así que visto lo visto habrá decir que
vivan las caenas de los audímetros si gracias a ellas nos libramos de estos bodrios.
Postdata: si alguien lee esto, que ya me parecería raro, y es seguidor, o mejor dicho lo fue, de alguna de estas series y se ha sentido ofendido por el último comentario, lo siento. Siento su mal gusto, por ver esas series y encima por leer esto.